28 ene 2009

Islas Cíes - Gallegas


Al pie de la Ría de Vigo, se encuentran las tres islas que conforman el pequeño archipiélago de las Cíes: La isla del Faro, La isla Norte y La isla Sur o de San Martiño. Partiendo desde el puerto de Vigo en una pequeña embarcación y tras unos minutos de navegación recalamos en un improvisado puertecillo, el muelle de Rodas. Hemos llegado a la Isla Norte también conocida como la isla de Monteagudo. Una vez pie en tierra y sabedores ya que en todo el conjunto isleño no podremos encontrar otro medio de transporte que no sean nuestras sufridas piernas o tal vez alguna bicicleta que otra, y con la clara idea de que si deseamos pasar noche, lo cual es más que recomendable, hemos de acomodarnos en el camping existente bajo los pinos de la cara Este de la Isla del Faro, nos disponemos a disfrutar de la estancia en uno de los lugares más especiales, bellos y auténticos que existen en todo el litoral hispano:Las islas Cíes.

Nos esperan días en lo que el asombro se convertirá en algo cotidiano. En pocas ocasiones tendremos la oportunidad de disfrutar en el Norte de la península de un microclima tan favorecedor para el descanso y la relajación. Sin apenas dar crédito a nuestros ojos comprobaremos la trasparencia infinita de las aguas, la puesta de Sol desde el dique que une la isla Norte con la del Faro, la constante presencia de millares de aves que cohabitarán con nosotros en perfecta
comunión, una frondosa vegetación de tintes desconocidos, una impresionante sierra que surge de manera abrupta y radical casi desde la misma playa y un sin fin de maravillas que tan sólo desde la presencia en las islas podrían ser descritas sin menoscabo alguno.





En la isla Norte el paisaje está dominado por una montaña en contraste con sus playas de finísima arena y heladas aguas. De interés para el viajero son la capilla de la Virgen del Carmen y las playas y los frondosos bosques que recubren la sierra practicamente desde la misma arena de la playa. Desde esta isla nos dirigimos a la del Faro cruzando un dique que las une teniendo de este modo acceso a la zona de acampada e iniciando un largo paseo de casi siete
kilómetros por parajes de espectacular belleza: acantilados de mas de cien metros de altura, bosques y roqueros, playas y una costosa ascensión hasta el faro mayor. Camino que suele ser escogido por viajeros mientras se escuchan las viejas historias y leyendas de piratas y traficantes. Una vez en lo más alto del islote se presenta ante nuestros ojos una impresionante panorámica en la que se fusionan en perfecta armonía tierra y mar, nidales de gaviotas y vegetación exuberante, un horizonte bravío y en la parte sur la peculiar isla a la cual unicamente podremos tener acceso en embarcación privada.

Las Cíes se configuran como un área de interés botánico y zoológico sin par, que puede ser visitado sin los problemas que plantean otros entornos naturales siempre y cuando entendamos la necesidad de conservar este peculiar entorno que nos asombra desde la mañana hasta el atardecer cuando la inmensa sombra de miles de gaviotas se proyecta sobre los tres islotes y el sol se oculta con su enrojediza faz a la espera de encontrarnos en los días sucesivos. Un conjunto de tres
islotes privilegiados que han permanecido inalterables desde que los pobladores celtas alcanzaran sus orillas, desde que los romanos se percatasen de su interes estratégico o desde que los corsarios reales o inventados escondieran en ellos sus botines de cien batallas. Un lugar de especial encanto digno de ser visitado, conservado y recordado, y que desde estas páginas os hemos acercado y os invitamos a visitar y disfrutar de ese modo con un verdadero paraíso de la vieja Celtiberia.


FLORA:

El matorral se compone fundamentalmente de especies autóctonas, como el toxo (tojo), la xesta (retama), la esparraguera, el torvisco o la jara.
Atardecer en la ría de Vigo, con las Islas Cíes al fondo.El bosque es el que ha sufrido las mayores alteraciones, pues han desaparecido especies autóctonas como la higuera y otras como el rebollo han quedado reducidas a áreas casi testimoniales,
al haber repoblado con pino y eucalipto casi una cuarta parte de la superficie del parque. Los vientos fuertes con alto contenido en sales dificultan, a su vez, el desarrollo de los árboles.

En las dunas, playas y acantilados se mantienen especies, algunas de ellas endémicas del litoral galaico-portugués, propias de estos medios, con unas condiciones físicas y climatológicas muy extremas. Destaca la presencia de la armeria (Armeria pungens), conocida en toda Galicia como herba de namorar, en peligro de extinción, y una importante cantidad de camariñas (Corema album) que además son las únicas en el sur de Galicia.
En la zona de la laguna se encuentra
vegetación típica de marismas, como los juncos.

FAUNA:
22.000 parejas de gaviotas patiamarillas constituyen la colonia más grande del mundo y es la especie dominante en Cíes. La sigue el cormorán moñudo, con 1.000 parejas, y la gaviota oscura, con 20 parejas. En 1960 se censaron 400 parejas de arao ibérico, que en la actualidad se encuentra casi extinguido en las islas. Hay otras muchas especies de aves rapaces, palomas torcaces, pardelas, alcatraces, tórtolas, pájaros carpinteros y otros pájaros de diferentes clases, que nidifican en árboles y acantilados. Asimismo, numerosos y variados tipos de aves invernan o descansan en sus viajes migratorios.
En el Alto da Campá (Illa do Faro) y en el Faro do Peito (San Martiño), existen observatorios ornitológicos. También hay en la Illa do Faro un aula de la naturaleza.

Conejo, erizo y nutria son los únicos mamíferos silvestres con cierta presencia actualmente. También hay ratones de campo, musarañas y murciélagos, así como algunas otras especies de pequeño tamaño y en menor cantidad.

Reptiles, representados por diferentes tipos de lagartos, lagartijas y culebras; anfibios (en menor medida por la escasez de agua), como salamandras y sapos, e invertebrados como los caracoles, escarabajos, arañas y mariposas acaban completando la fauna de las islas

VIDA Y FONDOS MARINOS:
La zona submarina que rodea Cíes forma uno de los ecosistemas más ricos de la costa gallega. Lo más destacable es un importante bosque de algas pardas.

El perímetro de las islas tiene diferentes tipos de entornos: los acantilados, expuestos al fuerte oleaje, están poblados por percebes y mejillones. En su parte submarina, muy pedregosa, se pueden encontrar nécoras, centollos, bogavantes y pulpos. En las playas de las zonas más protegidas hay multitud de moluscos bivalvos, así como rodaballos, sollas y lenguados. Las zonas rocosas pero protegidas del interior de las islas están pobladas por verdaderos bosques de anémonas y numerosos erizos de mar.

Habitualmente las aguas que rodean Cíes las son visitadas por delfines, ballenas y tortugas marinas.

El sistema de circulación de aguas que entran y salen de las rías gallegas y la mezcla de agua dulce y salada favorecen la concentración de nutrientes y microorganismos que suponen fuente de alimento al resto de las especies marinas.

Se puede observar también en estos fondos marinos restos arqueológicos.

HISTORIA:


En la antigüedad fueron llamadas Siccae (áridas). Se han encontrado en las Cíes restos arqueológicos que datan la presencia humana sobre el 3500 adC, si bien los restos del primer asentamiento humano de que se tiene constancia son un castro de comienzos de la Edad de Hierro.

Por allí pasaron los romanos, dejando restos como un anillo de oro datado en el siglo II de nuestra era, así como ánforas, cerámica y diversos útiles que se exponen hoy en el Museo de
Pontevedra.

En la Edad Media fueron habitadas por monjes de diversas órdenes. En el siglo XI estuvieron allí los benedictinos, que las abandonaron y volvieron a finales del siglo XIII. En el siglo XIV se asentaron allí los franciscanos. También pasó por ahí la Orden de Cluny. De esta alternativa ocupación de las islas quedan como prueba los monasterios de San Estevo en la Isla do Faro y de San Martiño en la isla de su nombre, así como una fábrica de salazón sobre cuyos restos actualmente hay construido un restaurante. Las idas y venidas de los monjes eran debidas a que, por su cercanía a la ciudad de Vigo, el archipiélago era frecuentemente atacado y usado como base de operaciones por piratas turcos y normandos, así como armadas invasoras, como por ejemplo la inglesa, comandada por Francis Drake. Esta situación dura hasta el siglo XVIII, lo que acaba produciendo su despoblamiento.


A mediados del siglo XIX se construye el primer faro en la Isla do Medio, que acaba llamándose Isla do Faro. En esa fecha las islas ya volvían a estar pobladas por algunas familias que se dedicaban a la pesca y a la ganadería ovina y caprina.

En los años 60 del siglo XX las islas se despueblan de nuevo, esta vez definitivamente. En los 70 y 80 comienzan a ser utilizadas como destino de descanso al que, sobre todo la gente joven de la zona,
acudía en busca de naturaleza, mar, sol y libertad, lejos de la vigilancia social y familiar. Entonces en toda Galicia se practicaba la acampada libre.

La presencia masiva de personas y el resto de agresiones medioambientales, como la importante actividad industrial en la ría, los emisarios submarinos evacuando aguas con escasa o nula depuración... hacen que las islas sufran una rápida degradación.

Actualmente sólo están ocupadas por los servicios del parque, camping y restaurante y el acceso está restringido a un máximo de 2.200 personas diarias.

Las Cíes pueden también testimoniar el hundimiento de pesqueros que en muchas ocasiones se han saldado con la pérdida de numerosas vidas. En Punta da Galeira una cruz recuerda el hundimiento del Ave do Mar de Moaña, que ocurrió en 1956 y arrojó el terrible saldo de 26 tripulantes
muertos. En la madrugada del 28 de enero de 1978 encalla en las Cíes, tras salir del puerto de Vigo, el barco congelador-factoría Marbel. Tras más de doce horas agarrados a las rocas bajo el temporal, son rescatados nueve tripulantes y se da por desaparecidos a 27. El 14 de febrero de 1979 se hunde a 35 millas de las islas el François Vieljeux, con 28 tripulantes a bordo y las esposas de tres de ellos. Sólo ocho son rescatados con vida.

LA MEJOR PLAYA DEL MUNDO:


El periódico inglés "The Guardian" ,en un ranking que elaboró sobre las mejores playas, nombró a la playa de "Rodas" como la mejor playa del mundo.

Etiquetas:

http://elrincondelmalbicho.blogspot.com

1 comentario:

Meiga dijo...

Hola ЖΔЯζΔ!!... caray, llevo un rato dándome un paseito por aquí y me encuentro con entradas muy variadas :)

De pronto, ZAS!!, aparecen mis islas favoritas. Soy gallega y las Cies para mí son el paraiso más cercano que conozco. Si no has estado nunca te recomiendo una escapadita hasta allí ...vale la pena, ¡¡te encantarán!!

Nos vemos en la Luna (que es donde nos hemos conocido)

Besos para ti.