No necesito pastillas para dormir,
si estás conmigo,
Todos los sueños florecen,
cuando me hablas al oído.
No necesito millones,
ni acorralar los corazones.
Y solo en tu cafetera todo el cielo,
enamorado se cuela.
No necesito decirte 2,500 veces,
multiplicado X 7,
que te espero noche y día.
Que me disculpen los sabios,
pero la sabiduría
duerme detrás de tu oreja y no en Grecia,
como la historia creía.
Ábreme la noche y ven a ver,
cómo te puedo querer eternamente.
Cúrame la sombra al caminar,
que se corre si no estás.
No necesito violines pizzicatos en el pecho.
Eres todo mi concierto,
la más bella sinfonía.
Que me disculpe el poeta,
pero toda la poesía,
la encuentro sobre un madero.
Y me verso con tus rodillas que riman.
Ábreme la noche y ven a ver,
cómo te puedo querer eternamente.
Cúrame la sombra al caminar,
que se corre si no estás.
No necesito pastillas para dormir,
si estás conmigo,
Todos los sueños florecen,
cuando me hablas al oído.
Juan Luis Guerra
si estás conmigo,
Todos los sueños florecen,
cuando me hablas al oído.
No necesito millones,
ni acorralar los corazones.
Y solo en tu cafetera todo el cielo,
enamorado se cuela.
No necesito decirte 2,500 veces,
multiplicado X 7,
que te espero noche y día.
Que me disculpen los sabios,
pero la sabiduría
duerme detrás de tu oreja y no en Grecia,
como la historia creía.
Ábreme la noche y ven a ver,
cómo te puedo querer eternamente.
Cúrame la sombra al caminar,
que se corre si no estás.
No necesito violines pizzicatos en el pecho.
Eres todo mi concierto,
la más bella sinfonía.
Que me disculpe el poeta,
pero toda la poesía,
la encuentro sobre un madero.
Y me verso con tus rodillas que riman.
Ábreme la noche y ven a ver,
cómo te puedo querer eternamente.
Cúrame la sombra al caminar,
que se corre si no estás.
No necesito pastillas para dormir,
si estás conmigo,
Todos los sueños florecen,
cuando me hablas al oído.
Juan Luis Guerra
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