Te esperaba, te veía llegar
con los cabellos sueltos en la brisa,
las perlas de besos en promesas
con el mapa de tu cuerpo en el vestido
y calzando las sandalias de arenas.
Yo te esperaba silencioso,
sentado sobre el murallón
con los codos en las rodillas
y el rostro en el hueco de mis manos.
Y llegabas...nos tomábamos de las manos
y nos íbamos perseguidos por el eco
de nuestras risas.
Y el silencio y las sombras nos comían.
Así, te esperaba y llegabas...
nos encontrábamos en el beso cálido
y prolongado y éramos felices, simplemente.
Sin embargo en nuestro amor
no supimos conservar la simplicidad
y nos metimos en la ciudad a recorrer
las calles de cemento.
Saltamos los tachos de basuras
y nos bifurcamos en el camino
buscándonos por lugares distintos
creyendo seguir tomados de las manos.
Ya ves, no más murallón y espera
Aunque sigue la brisa esperando tu pelo
y vos en la ciudad gastando
tus sandalias de arena
Yuri Tabak
con los cabellos sueltos en la brisa,
las perlas de besos en promesas
con el mapa de tu cuerpo en el vestido
y calzando las sandalias de arenas.
Yo te esperaba silencioso,
sentado sobre el murallón
con los codos en las rodillas
y el rostro en el hueco de mis manos.
Y llegabas...nos tomábamos de las manos
y nos íbamos perseguidos por el eco
de nuestras risas.
Y el silencio y las sombras nos comían.
Así, te esperaba y llegabas...
nos encontrábamos en el beso cálido
y prolongado y éramos felices, simplemente.
Sin embargo en nuestro amor
no supimos conservar la simplicidad
y nos metimos en la ciudad a recorrer
las calles de cemento.
Saltamos los tachos de basuras
y nos bifurcamos en el camino
buscándonos por lugares distintos
creyendo seguir tomados de las manos.
Ya ves, no más murallón y espera
Aunque sigue la brisa esperando tu pelo
y vos en la ciudad gastando
tus sandalias de arena
Yuri Tabak


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